Los TCA son trastornos de base emocional que hacen que la persona se sienta a menudo triste, angustiada, insegura, con baja autoestima, enfadada, etc. El estado de ánimo se hace más sensible ante la comida o ante temas relacionados con el cuerpo. La sensibilidad es mayor en el entorno familiar que fuera de casa. Sin embargo, es posible que hayan momentos de estabilidad emocional y que aparentemente se lleve una vida normal.
Se presentan distorsiones en el pensamiento que consisten en miedos irracionales a engordar o subir de peso. También se puede presentar una distorsión de la imagen corporal, es decir se pierde el sentido de la realidad sobre la dimensión del cuerpo. Esta percepción está relacionada con componentes obsesivos y emocionales de insatisfacción corporal.
Es recurrente que se eviten situaciones sociales porque existe el temor de exponerse a recibir críticas al cuerpo y/o a cómo luce la ropa. Por otro lado, se evita el evento social cuando implica estar frente a la comida y en frente de gente comiendo. Finalmente, los estados de ánimo suelen ser de tristeza, miedo o ansiedad, lo que genera pocas ganas de hacer cosas. Todos estos factores, generan aislamiento.
FALSO. Además de la anorexia y la bulimia, existen otros TCA, como el trastorno por atracones o el trastorno de la conducta alimentaria no especificado (TCANE).
FALSO. En muchos casos, la apariencia física de la persona que padece un TCA es normal; es decir, no necesariamente está delgada o excesivamente delgada. Creer erroneamente que todo el mundo que padece un TCA está delgado puede dificultar su detección.
FALSO. En torno al 50-60 % de los pacientes se recupera totalmente, un 20-30 % parcialmente y solo un 10-20 % cronifica la enfermedad.
Lo que es imprescindible para la recuperación de un TCA es la realización de un tratamiento médico y psicológico especializado.
FALSO. Los TCA son trastornos mentales que nadie elige padecer. Son trastornos que provocan un intenso sufrimiento tanto a la persona afectada como a su entorno familiar. Siempre tienen un origen multicausal en el que intervienen varios factores de tipo individual, familiar y social, de modo que el resultado final es que existen personas más o menos vulnerables a padecer un TCA, nunca personas que deciden padecerlo.
FALSO. Aunque los TCA son más habituales en mujeres (nueve de cada diez casos son mujeres), afectan a ambos sexos. También se diagnostican en personas de todas las edades. Lo que sí es habitual es que la edad de inicio de la enfermedad se sitúe en la adolescencia y, una vez aparecida, la enfermedad acompaña a la persona hasta que esta se pone en tratamiento.
FALSO. Cuando hablamos de bulimia y trastorno por atracón hablamos de trastornos mentales que se caracterizan por el hecho que la persona afectada no tiene la capacidad de controlar su ingesta; de ningún modo se trata de falta de voluntad.
¿Los hermanos deberán saber qué le pasa a la persona afectada?
Sí, es preferible que los hermanos conozcan la situación. Es útil poder explicarles qué es el trastorno de la conducta alimentaria y anticiparles, en la medida de lo posible, los cambios que pueden surgir a raíz de esta situación. Estas explicaciones deberán estar siempre adaptadas a la edad y a la capacidad de comprensión del hermano o hermana.
Esconder lo que está pasando no es recomendable, se deberá hablar abiertamente del tema y establecer una buena comunicación en el en- torno familiar, puesto que esta fomenta el buen desarrollo emocional. Los profesionales pueden asesorarlo en estos aspectos de comunicación y relación con los hermanos.
¿Qué papel desempeñan los hermanos en todo este proceso?
De cara a los padres es importante recordar que, aunque hay un hijo o hija que requiere una atención determinada, no debemos desatender al resto de hermanos. Deberemos estar atentos a sus necesidades y proporcionarles las atenciones y cuidados que necesiten.
Dependiendo de la edad, el papel de los hermanos ante la enfermedad puede variar. Si son pequeños su rol es estar informados y gestionar sus propias angustias y dudas sobre la situación familiar. Si son mayo- res pueden ser mes partícipes del apoyo y el acompañamiento familiar, pero sin ser responsables de la recuperación de la persona enferma. Es importante que, aunque a veces pueden ser de gran ayuda, no se sientan presionados ni asuman responsabilidades que no les corresponden.
¿Puede afectar a otros hijos y miembros de la familia? (Posar a apartat famílies)
Sí. El TCA es un trastorno que afecta a toda la familia por su complejidad y gravedad. En el proceso de recuperación es importante la implicación de toda la familia en función de su rol. Se deberá tener en cuenta que los tratamientos más exitosos son los que incluyen todo el núcleo familiar. Hay que prestar atención a las necesidades de los otros hermanos
¿Qué hacer si la persona afectada no desea someterse a un tratamiento?
Si la persona afectada se niega a recibir ayuda, tenemos dos opciones:
¿Cómo actuar con ella?
Se debe actuar del modo más natural y normalizado posible. Como hemos comentado en otras ocasiones, es importante ser comprensivos, pacientes y relacionarse con la persona afectada con afecto y serenidad. Es importante no caer en actitudes sobreprotectoras, controladoras o permitir que las emociones nos desborden. También es muy importante recordar que nuestro rol es el de pareja. Nunca se deberá intentar asumir las funciones del equipo terapéutico o tratar a la persona como si fuera un niño pequeño.
Una amiga me ha confesado que padece un trastorno de la conducta alimentaria, ¿qué puedo hacer?
Los amigos desempeñan un papel muy importante en apoyar a una persona afectada por un trastorno de la conducta alimentaria, pero desgraciadamente no la pueden cuidar, puesto que es tarea de los profesionales que le realizan el tratamiento. A continuación, le facilitamos algunas pautas de orientación sobre cómo actuar con la persona afectada:
¿Qué hacer?
¿Qué no hacer?
Tengo una amiga que está en tratamiento por un trastorno de la conducta alimentaria, ¿qué puedo hacer?
Si usted quiere ayudar a una amiga o amigo que padece un TCA y está en tratamiento, podría solicitar información en algún sitio especializado para que lo ayuden a entender en qué consiste este trastorno y así pueda comprender mejor lo que la persona padece. Puede ser que los profesionales que la traten puedan dar pautas a algunas personas próximas de su entorno. Esto nos facilitará poder ser más empáticos con la persona y no juzgarla.
Lo más importante es que los amigos estén al lado de la persona y puedan ayudarla para realizar actividades o hablar de temas a que no tengan que ver con el trastorno: no hablar ni de comida, cuerpo, peso, gimnasio, etc. En la medida de lo posible, y siempre que los profesionales así lo indiquen, se ayudará a la persona a mantener lo que sí funciona y la hace sentir bien a su vida: ayudarla con los estudios, seguir realizando las cosas que solían hacer para divertirse…
¿Qué hacer ante el trastorno de la conducta alimentaria en casa?
¿Qué no hacer ante el trastorno de la conducta alimentaria?
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